A vueltas con la vitamina D: cuándo realizar su determinación plasmática y cómo tratar su déficit

Puntos clave:
No está indicada la determinación universal de los niveles séricos de vitamina D.
Sí estaría indicada su determinación en poblaciones de riesgo: pacientes con enfermedad renal o hepática crónicas, síndromes de malabsorción, osteomalacia-raquitismo, problemas óseos inducidos por corticoterapia prolongada, cuadros de hipercalcemia, hiperfosfatemia o elevación de la fosfatasa alcalina no filiadas, así como osteoporosis, de acuerdo con ciertas recomendaciones.
No existe pleno consenso al respecto de sus analíticos de normalidad, así como su relación con los depósitos orgánicos. Valores séricos de 25-hidroxicolecalciferol iguales o superiores a 20 ng/ml se consideran adecuados en la mayor parte de la población.
 – Con la evidencia actual, en caso de precisarse tratamiento con suplementos de vitamina D, es preferible el uso de presentaciones de posología diaria.
La presente es una continuación a nuestra entrada previa sobre la vitamina D.
I)               Sobre la determinación de los niveles de vitamina D
Tomado de INFAC 2012; 20(2)

La vitamina D3 (colecalciferol) se sintetiza a nivel cutáneo, por acción de la radiación ultravioleta sobre el 7-dehidrocolesterol, se metaboliza en el hígado a 25-hidroxicolecaliferol (calcidiol o calcifediol) y posteriormente se hidroxila en el riñón a 1,25-hidroxicolecaliferol (calcitriol), su forma activa, necesaria para una adecuada mineralización ósea. Otra proporción menor de la misma se adquiere a través de la dieta, de la cual se puede obtener tanto vitamina D3 como D2  (ergocalciferol, de origen vegetal).



Se considera que la mejor forma de evaluar los niveles orgánicos de vitamina D es la determinación de 25-hidroxicolecalciferol. Es de sobra conocida la relación existente entre la falta de exposición solar y los bajos niveles séricos de vitamina D, por lo que antes de determinarlos se debería interrogar sobre hábitos de exposición y animar a la población a que se exponga a la luz solar de forma regular y moderada (una exposición en manos, brazos y cara de 5 minutos diarios, entre los meses de junio a agosto, garantizan una dosis estándar de vitamina D de 1000 UI; en los meses de invierno, se debe cuadruplicar este tiempo para obtener niveles saludables). En algunos países europeos, los niveles séricos de vitamina D al final del invierno y principios de primavera están disminuidos en una mayoría de la población, por lo que desde el punto de vista de la salud pública parece un despropósito proceder a su determinación rutinaria y cribado universal. Los niveles de vitamina D son un parámetro estacional, influenciado además de por la época del año, por la latitud, el fototipo del individuo y otros múltiples factores preanalíticos: índice de masa corporal, edad, sexo, etcétera.

Así, en una amplia revisión sistemática publicada en 2013 sobre estudios de prevalencia realizada en 44 países, se comprobó una gran variabilidad en la prevalencia del déficit de vitamina D, con valores promedios de niveles de 25-hidroxivitamina D que oscilaron en los estudios entre 2 y 54 ng/ml, dependiendo del país, latitud, población elegida y la época del año, con una prevalencia media de valores ≤30 ng/ml del 88,1%, <20 ng/ml del 37,3% y <10 ng/ml del 6,7%. Estas cifras hablan por sí solas de la magnitud del problema, o simplemente son un claro ejemplo de cómo la medicina puede llegar a convertir en enferma a la mayoría de la población al fijar de una forma totalmente arbitraria los valores de normalidad de una determinada enfermedad o parámetro analítico.
Aunque no existe pleno consenso en la comunidad científica al respecto de los puntos de corte, sólo en el caso de niveles menores de 10 ng/ml parece existir riesgo elevado de raquitismo u osteomalacia. En el extremo contrario, niveles superiores a 50 ng/ml reflejan el límite superior de lo tolerable y cifras de más de 150 ng/ml están en rango de sobredosis. La naturaliza lipófila de esta vitamina hace que los cuadros de intoxicación sean habitualmente larvados, de difícil diagnóstico y tratamiento. Nosotros somos partidarios de utilizar como referencia la tabla propuesta por el NIH, por ser menos medicalizadora y también por ser más prudente en los niveles máximos recomendados, a fin de evitar la toxicidad.
Nivel sérico de 25-hidroxivitamina D y salud
Nivel
Efectos sobre la salud
<12 ng/ml
Asociado con deficiencia de vitamina D, riesgo de raquitismo en niños y de osteomalacia en adultos
12-20 ng/ml
Generalmente considerado inadecuado para la salud mineral ósea en personas sanas
> 20 ng/ml
Generalmente considerado adecuado para la salud mineral óseas en personas sanas
>50 ng/ml
Riesgo de toxicidad, especialmente si >60 ng/ml
Tomado de: NIH, Health Professional.  Acceso: 8/6/2019.

Así que, a la pregunta de ¿cuáles son las indicaciones para determinar la vitamina D (25-hidrocolecalciferol)?,como ya comentamos en la entrada anterior, no está justificado ni es recomendable el cribado poblacional. El documento Choosing Wisely de 2017, en el cual participaron la American Association of Clinical Endocrinologist, y la Endocrine Society americanas aconsejaban limitar su determinación en pacientes con hipercalcemia o insuficiencia renal, y alertaba de la confusión de los clínicos entre deficiencia y depósitos de vitamina D. No se aconseja determinar los niveles séricos de 1,25-dihidroxivitamina D ya que apenas tienen relación con los depósitos de la misma, y que en los casos de deficiencia de vitamina D, los niveles de 1,25-dihidroxivitamina D estarían elevados, ¡y no disminuidos!


La American Society of Clinical Pathology en ese mismo documento también aconseja limitar la determinación de 25-hidroxivitamina D a pacientes de alto riesgo en los cuales el resultado de la determinación vaya a ir seguido de una intervención agresiva (insuficiencia renal, síndromes de malabsorción, obesidad, osteoporosis y algunas infecciones).



Otros documentos hacen referencia a personas con un fototipo alto (o no adaptado a la latitud), obesidad, pacientes con hospitalizaciones repetidas, prolongadas y/o institucionalizados, como grupos de mayor riesgo de déficit de vitamina D, casos en que se podría recomendar una suplementación sin necesidad de determinaciones analíticas (Documento Osakidetza, 2015).

En los últimos años se ha descrito la implicación fisiológica de la vitamina D más allá del metabolismo óseo (acción paracrina a nivel de ejes como renina-angiotensina, citoquinas, etcétera), lo cual ha dado lugar a hipótesis sobre si su suplementación, incluso en pacientes sin déficit vitamínico establecido, podría ser beneficiosa para la salud, más allá de la salud ósea (disminución de riesgo cardiovascular, efecto inmunomodulador, etcétera). En este sentido, han aparecido numerosos estudios que relacionan niveles bajos de vitamina D con diferentes procesos (como tumores, diabetes, asma, EPOC, hipertensión, insuficiencia cardiaca, depresión, etcétera) lo que ha contribuido a una “caza y captura” mediante cribado indiscriminado de multitud de pacientes con supuesta posible hipovitaminosis. Tal y como señala el Rincón de Sisifo, “Actualmente no se recomienda el suplemento rutinario en población ambulatoria, porque no ha demostrado que prolongue la vida, disminuya la incidencia de cáncer o enfermedad cardiovascular, ni la tasa de fracturas. La evidencia actual tampoco avala la determinación de la 25-hidroxivitamina D para tratar la depresión, la fatiga, la artrosis o el dolor crónico (entre otras)”.
II) Tratamiento y pauta posológica
El tratamiento debe contemplar la recomendación de tomar el sol a diario, e ingerir alimentos con alto contenido en vitamina D:
– Pescados grasos (caballa, salmón, arenque…)
– Yema de huevos
– Alimentos fortificados (productos lácteos, cereales…)
– Champiñones expuestos a la radiación ultravioleta (100 gramos de producto fresco llegan a acumular más de 10 μg, que es equivalente a la dosis diaria recomendada por los organismos internacionales).
En aquellos pacientes en los cuales se decide prescribir suplementos de vitamina D, se observan con frecuencia pautas de inicio de tratamiento con megadosis de calcifediol de 3 mg (180.000 UI de vitamina D), o pautas variables no recogidas en ficha técnica de las presentaciones de calciferol a dosis altas de 0,266 mg (15.960 UI de vitamina D), habitualmente iniciadas en servicios de reumatología, rehabilitación o medicina interna.

En ocasiones por error de prescripción, o por puro desconocimiento, estas prescripciones se pautan mal o se prolongan, encontrando su perpetuidad “ad libitum”, cada vez con mayor frecuencia en nuestros pacientes, con los riesgos derivados de intoxicación por hipervitaminosis e hipercalcemia. Otras veces, el origen de la prescripción es Atención Primaria. Tal es la frecuencia de las sobredosis y los casos graves de hipercalcemia declarados, que recientemente la AEMPS ha publicado una Nota Informativa de Seguridad instando a prescriptores a la selección de la presentación del medicamento adecuada, asegurando que en la receta queden bien reflejadas las dosis por toma y la frecuencia de administración correcta. Es evidente que en ocasiones se trata de un mero error de digitación o de selección informática, de tal manera que se marca o se elige una presentación no adecuada de vitamina D, o se pauta la opción de una ampolla cada día en lugar de una ampolla cada 30 días, lo cual viene a indicar que hay que estar muy alerta ante los “sistemas inteligentes de ayuda a la prescripción”.
Hay que aclarar que las presentaciones de dosis de choque o megadosis, las cuales contienen >100.000 UI de vitamina D, multiplican x100 las recomendaciones de suplementación diaria de 600-1.000 UI al día (con o sin calcio, dependiendo del caso), debiéndose de utilizar, en todo caso, sólo durante un periodo corto de 8 semanas en dosis única, y solo para casos de deficiencias graves de <10 ng/ml como tratamiento de choque o repleción, tal y como se recoge tanto en ficha técnica como en la revisión de Up-to-Date consultada. Por otra parte, tal como comentaremos más adelante, esta pauta no tiene una eficacia superior a la pauta diaria de 600-1.000 UI.
El PAPPS español de 2018 sobre actividades preventivas en mayores, y en concreto respecto a las caídas comentaba: “Han aparecido estudios que relacionan las dosis altas de vitamina D con un aumento en el riesgo de caídas, sobre todo cuando se administran de forma intermitente. En uno de estos estudios, el tratamiento con dosis elevadas de vitamina D fue más efectivo a la hora de aumentar los niveles en suero de vitamina D, pero se asoció a un mayor riesgo de caídas y no se demostraron beneficios en la capacidad funcional de los pacientes”. Lo mismo comentaba un editorial en The Lancet en 2018 que acompañaba a un metaanálisis sobre suplementación preventiva con vitamina D a la población: ”Los últimos metaanálisis indicaban que los suplementos de vitamina D en bolo (semanal, o mensual u otros) se asocian a un mayor riesgo de fracturas y caídas, por lo que se aconseja la vuelta a los suplementos diarios”. Por tanto, en caso de que se decidiese iniciar una suplementación farmacológica, sería más recomendable utilizar siempre dosis diarias de 600-1.000 UI/día, sin tratamiento de choque.
Por último, salvo en los casos extremos de riesgo de osteomalacia (<10ng/ml), siempre se debería dar la oportunidad al paciente de que intente cambiar su estilo de vida y que aumente la exposición al sol antes de comenzar a medicarse. Con los datos de prevalencia de población comentados más arriba sería un despropósito tratar los niveles entre 20-30 ng/ml.
Parece existir consenso en que los niños con lactancia materna exclusiva deberían recibir suplementos de vitamina D hasta el año de vida.
Toda esta información debería obligarnos a modificar nuestra inercia clínica y nuestro vademécum personal. Por este motivo, resumimos las presentaciones disponibles, con las dosis y posologías recomendadas.
Posología habitual:
        Menores de 1 año: 400 UI/día
        Entre 1- 70 años: 600-800 UI/día
        >70 años: 800-1.000 UI/día
Consideraciones generales del tratamiento:
        La prescripción de vitamina D No debe pautarse de forma crónica NUNCA, salvo limitadas excepciones.
        Si en la analítica de control (a los 3-4 meses de iniciado el tratamiento) ya se alcanza el rango (25(OH)D entre 30-60 ng/ml en poblaciones de riesgo), se deberá interrumpir el tratamiento o espaciarlo.
        Sobre qué tipo de vitamina D utilizar, las guías están de acuerdo en recomendar la vitamina D3 (colecalciferol) (Up-To-Date).
        Up-To-Date propone el siguiente plan de tratamiento con vitamina D3:
o   Niveles menores de 10 ng/ml: 50.000 UI semanalmente durante 6-8 semanas, seguido de 800 UI/día. [Supondría tratar al 7% de la población mundial]
o       Niveles entre 10-20 ng/ml: 800-1.000 UI/día [Supondría tratar al 37% de la población mundial]
        No obstante, no existen pruebas, incluso en pacientes con niveles <10ng/ml, de que el tratamiento en megadosis tenga una eficacia superior al tratamiento con dosis diaria (Ver documento de Infac de 2012). Debemos recordar que el déficit de vitamina D es un factor de riesgo que se adquiere poco a poco y que  su detección suele ser casual, por lo que su corrección nunca suele ser una urgencia.

ESV, MGG, JRG
Grup del Medicament
SOVAMFIC

PD: En el anexo adjunto se incluyen una serie de tablas y recomendaciones sobre la posología y las presentaciones. Si estás interesadx, haz click en continuar leyendo.
Adaptado a presentaciones de colecalciferol (Vitamina D3)
Presentación
Dosis habitual recomendada
Concentración
Colecalciferol 2.000 UI/1ml gotas (10 o 30 ml)
(Vitamina D3 Kern Pharma® gotas)
<1 año: 6 gotas/día
(400 UI/día)
1-70 años: 9 gotas/día (600 UI/día)
> 70 años: 12-15 gotas/día
 (800-1.000 UI/día)
1 gota: 66,7 UI
Colecalciferol 500 UI en 0,05 ml (10.000 UI/ml) 1 frasco  gotas 10 ml
(Deltius® gotas, Thorens® gotas)
<1 año: 2 gotas/día
(400 UI/día)
1-70 años: 3 gotas/día (600 UI/día)
> 70 años: 4-5 gotas/día**
(800-1.000 UI/día)
1 gota: 200 UI
Colecalciferol 625 mcg en 2,5 ml (25.000 UI en 2,5 ml) /1 envase monodosis (no inyectable) de 2,5 ml solución oral
(Deltius® 25.000 amp Thorens® 25.000 amp)
1 ampolla/semana
1 ampolla: 25.000 UI
Colecalciferol 25.000 UI en 1 ml/ solución oral 1 ml
(Videsil® 25.000 amp)
1 ampolla/mes
1 ampolla: 25.000 UI
Colecalciferol 100.000 UI en 1 ml/ solución oral 1 ml
(Videsil ® 100.000 amp)
1 ampolla dosis única (dosis choque)
1 ampolla: 100.000 UI
Colecalciferol 50.000 UI en 1 ml/ solución oral 1 ml
(Videsil® 50.000 amp)
2 ampollas/semana (dosis choque)
1 ampolla: 50.000 UI
Adaptado a presentaciones de calcifediol
Presentación
Dosis habitual recomendada
Concentración
Calcifediol 0,1 mg/ml, solución oral gotas de 10 o 20 ml (Hidroferol® gotas)
800-1.000 UI/día=
3-4 gotas/día
1 gota: 240 UI
Calcifediol 3 mg 1 ampolla de 1,5 ml
(Hidroferol choque® 3 mg)
1 ampolla dosis única
Una ampolla: 180.000 UI
Calcifediol 0,266 mg 5 o 10 cápsulas blandes (Hidroferol® 0,266 caps)
1 cápsula/mes
Una cápsula: 15.960 UI
Calcifediol 0,266 mg 10 ampollas bebibles (Hidroferol® 0,266 amp)
1 ampolla/mes
Una ampolla: 15.960 UI
Respecto a las presentaciones de vitamina D en combinación con otros principios activos, hay comercializadas diferentes presentaciones de colecalciferol con alendronato, calcio carbonato + lactogluconato cálcico (600 mg de calcio/400 UI colecalciferol, 1200 mg Ca/800 UI; Calciium-Sandoz D®), con calcio pidolato(600 mg calcio/400 UI colecalciferol Osviscal D®), o con calcio carbonato en comprimidos, comprimidos masticables, tiras masticables, comprimidos bucodispersables o comprimidos eferverscentes en diferentes concentraciones (500 mg calcio/400 UI colecalciferol; 500 mg/800UI, 500mg/1.000 UI, 600mg/400 UI, 600 mg/1.000 UI, 1.000mg/800 UI, 1.000 mg/880 UI); diferentes marcas.

Las posologías de todas estas presentaciones suelen ser diarias, debiendo tener la precaución de no pautar posologías y cadencias que superen las dosis máximas diarias recomendadas de vitamina D.

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