La última reunión del Grup del Medicament tuvo lugar en Bocairent el pasado 5 de mayo de 2018.
En ella, la sesión científica corrió a cargo de Javier Ramírez Gil, actualmente residente de 4º año de Medicina Familiar y Comunitaria en el CS Altabix (Elche), que presentó la ponencia que realizó en el II Symposium Medical Anthropology Research Center “Medicines and Culture” (MARC, Tarragona, noviembre 2016), con el título:
“Todo niño necesita este reconstituyente-historia de las vitaminas como argumento comercial”,
El trabajo ha estado tutorizado por el Catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad Miguel Hernández, Enrique Perdiguero. Se trata de un análisis de prensa histórica, sobre referencias al concepto “vitamina” en noticias y anuncios publicitarios en las hemerotecas digitalizadas de los diarios “ABC” y “La Vanguardia”.
Diario ABC. 22-10-1924.
El debate posterior fue muy interesante, acerca del papel del médico en colaboración con las industrias y la publicidad como experto en la materia. Hoy día, las vitaminas siguen formando parte de las estrategias de mercado de las industrias alimentaria y farmacéutica. La perspectiva histórica ayuda a comprender las raíces del interés que generan, e ilumina cuestiones de plena actualidad, como las referidas a conflictos de interés.
Como conclusiones:
– En la segunda década del siglo XX surgió un mercado en torno a las vitaminas, poco después de su descripción científica, que fueron presentadas como nutriente fundamental. La calidad de los alimentos fue valorada en función de la presencia de vitaminas en los mismos. Para complementar la ingesta de vitaminas se pusieron en circulación una serie de nuevos preparados o se subrayó el contenido vitamínico de otros ya existentes, en especial las fórmulas infantiles y otros productos destinados a los niños.
– La oferta de productos vitaminados creó una necesidad, pero también respondió a una demanda sobre un nuevo ideal de salud creado por el mercado: ya no importaba tanto curar enfermedades, sino alcanzar el bienestar. Era el reflejo del deseo de las clases medias emergentes de ejercer un mayor control sobre su alimentación para mejorar su salud.
– El aporte vitamínico se presentó como elemento fundamental en este nuevo ideal: aquellos que se lo podían permitir, adquirieron productos para luchar contra la mortalidad infantil y la enfermedad, mejorar la salud y adquirir belleza. Los anuncios no estaban dirigidos a las clases trabajadoras, de hecho la publicidad mostraba el prototipo de familias burguesas: amas de casa felices criando niños sanos, hombres con fuerza y salud para alcanzar el éxito, etcétera. El fenómeno observado fue similar, aunque menos llamativo que el observado en otros países de nuestro entorno. La Guerra Civil española truncó la creación del ‘mercado’ de las vitaminas.
– La industria alimentaria buscó legitimación científica a través de los discursos expertos: se establecieron alianzas implícitas de empresas y profesionales, con objeto de incrementar ventas, bajo la apariencia de consejos dietéticos. Hoy día, siguen formando parte de las estrategias de mercado de las industrias. Además, se produjo una integración de las vitaminas en la cultura de la salud que sigue plenamente vigente.
Javier Ramirez Gil
Comentario del comité editorial:
El ejemplo de las vitaminas nos resulta familiar, y suscita la recurrente duda sobre si la necesidad sanitaria acaba por generar productos que palien un determinado problema, o si por el contrario el descubrimiento de determinados compuestos relacionados con mecanismos fisiológicos y moleculares del cuerpo humano acaban por generar la necesidad de su consumo. Qué es primero ¿el huevo o la gallina? En medicina, unas veces lo primero y otras lo segundo.
Grup del Medicament