Resistencias bacterianas: la macroeconomía tiembla ante los gérmenes y busca soluciones

RESISTENCIAS A ANTIBIÓTICOS Y MACROECONOMÍA: ¿ESCRIBEN LOS MERCADOS RECTO CON RENGLONES TORCIDOS?

Cada vez con mas frecuencia nos enfrentamos en nuestras consultas de Atención Primaria a problemas relacionados con las resistencias bacterianas y a aislamientos de gérmenes únicamente sensibles a antibióticos de uso hospitalario o combinaciones de ellos, por lo que el arsenal de antimicrobianos de los que se dispone actualmente ve limitada su eficacia, tal como indican los mapas de resistencias bacterianas que se emiten periódicamente. (Tabla resumen sobre espectro de sensibilidad a los antibióticos)
Así pues, hay acuerdo de que las resistencias bacterianas ya son un problema que en un futuro se podría agravar y significar una importante amenaza para la salud pública.
Por otro lado, desde hace aproximadamente 25 años no se han comercializado nuevos antibióticos, puesto que al ser fármacos utilizados para tratar enfermedades agudas que requieren  pautas de  tratamiento puntuales y cortas, parece que no supone un estímulo comercial para que la industria farmacéutica invierta en su investigación.

Estos hechos parece que no sorprenden. Lo que sí que resulta sorprendente es poder leer en la sección de economía y  negocios de la prensa, tan solo  hace un par de meses, un artículo titulado “Efectos económicos de las pandemias” que trata sobre el impacto económico de las resistencias bacterianas. Su autor es Jim O´Neill, presidente de Goldman Sachs Asset Management. David Cameron le encomendó  liderar un estudio con los objetivos de encontrar soluciones a este creciente problema y  de que los líderes del planeta tomen conciencia y actúen. Él mismo se hizo la pregunta de por qué este proyecto se le encargaba a un economista y no a un científico. Y pronto encontró la respuesta al comprobar que la resistencia antimicrobiana tiene importantes implicaciones para la economía mundial, además de para la salud de la población.

Actualmente mueren al año 60.000 personas por causas relacionadas con las resistencias bacterianas en EEUU y Europa, cerca de 10 veces las muertes por Ébola. Según el  informe  emitido, se estima que unos diez millones de personas a partir de 2050 estarían en riesgo de morir por infecciones banales debido al desafío de microorganismos resistentes, unas 700.000 personas/año  y un coste de 100 millones de dólares/año, lo cual equivaldría a las muertes por cáncer, diabetes, accidentes, SIDA, y diarreas. Lo considera una amenaza para el planeta mayor que el cambio climático. El análisis del impacto económico aporta datos de que un aumento del 40% de dichas resistencias, supondría que el producto  bruto mundial (PBI) sería 0,5 puntos porcentuales y 1,4 puntos menor en 2020 y 2030 respectivamente. Y para 2050 la baja sería de 3 puntos. La pérdida acumulada del PBI mundial en los próximos 35 años llegaría a los 100 billones de dólares.

Si se tuvieran en cuenta los daños producidos por enfermedades infecciosas extrahospitalarias, los costes sanitarios o la disminución de calidad de vida por dificultad para llevar a cabo intervenciones quirúrgicas, sumaría un 4% más de pérdidas en el PIB mundial.
Concluye que las acciones  pasan  por instar a los miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) al acuerdo de normas y políticas para solucionar este problema y retar a la Industria Farmacéutica ofreciéndole incentivos de mercado que ahora no tiene para realizar investigación que lleve a comercializar  nuevos antibióticos. Además de las ya conocidas medidas de reducir el consumo y racionalizar la prescripción de antibióticos, así como de fomentar el uso de métodos de diagnóstico rápido.

Parece que se han puesto manos a la obra, puesto que, posteriormente se ha publicado en la revista Nature, ydifundido en la prensa, la investigación por parte de un equipo de investigadores de EEUU, de un nuevo antibiótico que vendría a paliar el problema de las resistencias por su nuevo mecanismo de acción, la teixobactina, que se plantea como alternativa frente a S Aureus, Mycobacteria Tuberculosis o Clostridiumm Difficile. Aunque parece  que no supondría una solución a las resistencias de K.Pneumoniae y  P Aeruginosa. Sin embargo, quedan pendientes varias fases de investigación, puesto que solo se ha probado en ratones y falta establecer su tolerancia, toxicidad y biodisponibilidad en ensayos clínicos.

Una vez más asistimos al imperio de la macroeconomía y de los determinantes económicos sobre la salud pública de los habitantes del  planeta  y al hecho de cómo el interés de la investigación no responde a las necesidades y problemas de salud, sino a los incentivos comerciales de la industria farmacéutica y de la economía mundial.
Resulta asombroso e inquietante pensar que se pueda poner solución al problema de las resistencias bacterianas  por miedo a que se vea afectado el PIB mundial y no por evitar morbimortalidad, calidad y expectativa de vida de las personas. Tal vez nos podamos  beneficiar  como efecto colateral de solucionar un potencial problema económico.
Paradójicamente seguirán existiendo enfermedades tropicales  olvidadas como la enfermedad de Chagas, enfermedad del sueño, Kala azar, helmintiasis transmitidas por el suelo, úlcera de Buruli… Son las otras enfermedades transmisibles. Aquéllas para las que no se han desarrollado tratamientos, no se han adaptado a su contexto de uso o son inaccesibles para las comunidades y personas que las precisan. 
Y eso a pesar de que afectan a 1400 millones de personas en 149 países, donde provocan un enorme coste en sufrimiento, discapacidad y muertes evitables, además de lastrar las posibilidades de mejora en el desarrollo, la calidad de vida y por supuesto, también el PIB, del 75% de los países del mundo

Punto farmacológico nº 79. Resistencia bacteriana. Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Noviembre 2013. Pág 17.
-PD: Para consultar el mapa de resistencias bacterianas de la Comunitat Valenciana de 2014, pinchar aquí.