La retirada de benzodiacepinas es posible en la atención primaria de salud. A propósito del Estudio Benzored


El elevado consumo de tranquilizantes e hipnóticos constituye un problema de salud pública en la mayoría de sociedades desarrolladas económicamente. Además, su consumo sigue en aumento en algunos países, como es el caso de España, según se desprende de los datos de la última Encuesta Nacional de Salud.



Sin duda alguna, este grupo de medicamentos constituyen un gran avance de la medicina del siglo XX, de indudables beneficios cuando se utilizan en cortos períodos de tiempo, durante días o semanas, pero de dudosa eficacia y de conocida yatrogenia cuando su consumo se prolonga en el tiempo. A pesar de ello, la mayor parte del consumo actual se debe al uso continuado durante meses, años, o incluso décadas, especialmente en la población anciana. Es bien conocido su elevado potencial adictivo que se desarrolla a partir del mes de consumo y que su uso crónico se asocia a aumento del riesgo de caídas y fracturas, de deterioro cognitivo, e incluso recientemente se ha observado aumento de la mortalidad total.
Por este motivo es importante tomar conciencia de este riesgo, informar  a los pacientes y proponerles un plan de retirada gradual.


En este sentido es destacable la reciente publicación en la revista British Journal of Psychiatry de un ensayo clínico llevado a cabo en España sobre la retirada de benzodiacepinas en el ámbito exclusivo de la atención primaria de Baleares, Cataluña y Comunidad Valenciana (Estudio Benzored). El estudio ha sido liderado por la Doctora Caterina Vicens, médico de familia de Mallorca, y en él han participado 21 centros de salud y 75 médicos de familia, entre ellos varios miembros del Grup del Medicament.
El estudio, realizado sobre 532 pacientes, pretendía comprobar la eficacia de dos técnicas de deshabituación a benzodiacepinas frente a la atención habitual en pacientes con consumo de al menos seis meses y estables clínicamente. Constaba de tres brazos: a) un grupo recibía una visita por parte de su médico de familia cada 2-3 semanas hasta la retirada, b) el segundo grupo recibía una hoja escrita con un plan de reducción hasta la retirada del medicamento, pero sin visitas de supervisión, y c) el tercer grupo recibía la atención habitual. El resultado al año ha permitido comprobar que la técnica abreviada tiene una eficacia similar a la técnica extendida (45% de retirada en ambos grupos) frente al 15% del grupo de control y sin efectos indeseables destacables como resultado de la intervención.
Estos resultados avalan la implantación de la estrategia de discontinuación de benzodiacepinas en el ámbito de la APS mediante la aplicación de una sencilla técnica. Sin duda, un paso más en la senda de la necesaria deprescripción.

PD:  para conocer detalles sobre las técnicas de retirada de benzodiacepinas pinchar aquí. Para descargar la hoja de intervención mínima utilizada para entregar a los pacientes pinchar aquí

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