Aparentemente el porcentaje de población que tiene que tomar pastillas es cada vez mayor. Parece aumentar no sólo la proporción de enfermos, sino también la de personas en situaciones de preenfermedad o de riesgo que necesariamente requieren tratamiento. Se cumple el sueño de Henry Gadsden, director de Merck hace 40 años, que quería que su empresa fuese como Wrigley’s, fabricante de chicles. Gadsden soñaba con producir medicamentos destinados a los sanos, no sólo a los enfermos, así Merck podría vender a todo el mundo.
Hay que examinar a todo el mundo para descartar enfermedades, y el umbral de la normalidad es cada vez más bajo, aumentando la proporción de personas que se encuentran en situación de “preenfermedad” o “en riesgo”, con el resultado inexorable que implica la necesaria administración de medicamentos. Parece haber miedo a infradiagnosticar e infratratar. Condenamos a demasiados pacientes a tomar pastillas para el colesterol, para el retorno venoso, para proteger el estómago, para que no se rompan los huesos, para que no se produzca un infarto o un ictus. O a extirpar un nevus, un nódulo mamario o una próstata, todos ellos sospechosos de cáncer, igual que antes se extirpaban masivamente las anginas y los apéndices de casi toda la población. Por el contrario, no hay miedo a sobrediagnosticar y sobretratar. A más diagnósticos, más incentivos. Los incentivos castigan el infradiagnóstico, pero no el sobrediagnóstico. Parece que se nos perdona el falso positivo: diagnosticar de una enfermedad y tratar a un sano, pero no un falso negativo: no diagnosticar y no tratar a un enfermo.
Pero empieza a llegar a la opinión pública lo que desde hace ya mucho tiempo notamos en nuestras consultas: demasiadas personas están diagnosticadas de demasiadas enfermedades y problemas, están tratadas con demasiados fármacos y con dosis altas. Demasiados pacientes están polimedicados, aumentando la mortalidad. La incidencia de determinados cánceres, los que se detectan en los screening y se operan, se ha disparado, pero no su mortalidad. Todo el mundo está enfermo mientras no se demuestre lo contrario. Y el que esté sano y no sea preenfermo o esté en riesgo de algo, que no cante victoria, que algo habrá que prevenir,que alguna epidemia al acecho habrá. Y si no se lo cree, que encienda la tele…
Excelente artículo, que hemos traducido, de Ray Moynihan en The BMJ sobre este exceso de enfermedades y tratamientos (Traducción: Fernando Sánchez Díez. Grup del Medicament). Moynihan R, Jenny Doust J, Henry D. Preventing overdiagnosis: how to stop harming the Healthy. BMJ 2012; 344:e3502 (Published 29 May 2012). “Evidence is mounting that medicine is harming healthy people through ever earlier detection and ever wider definition of disease. With the announcement of an international conference to improve understanding of the problem of overdiagnosis.” Puedes leer el texto completo traducido al castellano pinchando aquí.